Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

viernes, 29 de agosto de 2014

HILDA YESSENIA BECERRA RAYGOZA. Colotlán, Jalisco, México.

El diario de Sarhí

Querido diario:
Esta mañana como siempre, me costó trabajo levantarme temprano, mi mamá desde la cocina me habló un par de veces, yo todavía dormida eché la cobija a un lado, me senté en la orilla de la cama, comencé a buscar mis pantuflas y me levanté, empecé a caminar arrastrando los pies y me metí a bañar.
Cuando salí de bañarme, mi mamá andaba corriendo, me dijo que rápido me preparara porque ella estaba arreglando la mochila de mi hermano y yo como ya estoy en la secundaria me encargo sola de mis cosas. Salimos de la casa, yo todavía con el cabello mojado, con algo de frío, porque en las mañanas el clima está fresco. Íbamos casi corriendo para alcanzar la ruta que pasa por enfrente de mi escuela, llego hasta ahí, mi mamá me despide y sigue el viaje con mi hermano, él va a la primaria, cuando lo deja en su escuela ella se va al trabajo.
Llegué al salón y me encontré con mis amigas, también le eché una mirada al niño que me gusta, pero como es tan tonto no se ha dado cuenta de mis sentimientos. A la hora del recreo jugué un rato básquet bol, pero también me desayuné un sándwich que compré; estaba tan tranquila con mis amigas, hasta que unos estruendos retumbaron en nuestros oídos, toda la escuela comenzó a gritar, corrimos hacia nuestros salones, tratamos de refugiarnos en algún lugar que pareciera seguro, los ruidos se oían cada vez más fuertes y constantes como si rodearan a la escuela, nosotros seguimos corriendo y gritando, algunos de los compañeros lloraban asustados, entre tanto empujón llegamos al salón. En la calle había mucho ruido, por todos lados sonaban sirenas de policía. Estuvimos en el salón hasta que todo llegó a la calma. A la hora de la salida, mi madrina fue por mí, me llevó a la casa, ella estaba toda temblorosa por lo que se había enterado en las noticias, cuando me vio, me abrazó y se echó a llorar, también ya llevaba a mi hermano. Nos llevó a la casa y ahí nos dejó, esperamos hasta que mamá llegó del trabajo. Comimos cerca de las 7 de la noche, cuando terminamos ayudé a mamá a lavar los platos y me puse a hacer mi tarea, mientras la hacía me puse a ver las noticias. Lo que hubo cerca de la escuela, fue la detención de un hombre que se dedicaba al narcotráfico, al parecer muy poderoso, ya decía yo que porque tanto escándalo, porque si se tratara de un tiroteo nada más, pues no era para tanto, esos son tan normales, como cuando matan a algún “cholo” del barrio, sólo se escuchan unos cuantos disparos y de rato llega la policía y ¡zas! se acabó, a continuar transitando por esas calles. Ahora he terminado mis actividades, debo dormir para mañana despertar con energías, irme a la escuela otra vez y tratar de sobrevivir un día más en esta ciudad fronteriza, donde todo pasa, de todo nos enteramos pero poco se hace para resolver la situación, yo me estoy tratando de acostumbrar, no digo que soy muy valiente y no me da miedo, claro que me da, pero debemos seguir viviendo aquí, es nuestra ciudad… estoy agarrando el sueño y comienzo a imaginar mi Ciudad Juárez tranquila, sin tantos disparos, con niños corriendo y gritando de alegría, no de temor, los parques llenos de gente, los papás sin preocuparse porque sus hijos anden solos por las calles, sigo soñando … sigo soñando, caigo en el sueño profundo en el que mi Ciudad Juárez, ha llegado a la paz, viviendo seguros, donde todos nos damos la mano y caminamos … “Clic clic” ¡Chin, otra vez sonó mi alarma! Y está por amanecer de nuevo en mi Ciudad Juárez, una vez más el ajetreo, las prisas, los miedos ¿hasta cuándo y dónde nos quitaremos ese miedo?


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