Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

martes, 1 de octubre de 2013

MARA ROMERO, Ciudad Obregón, Sonora, México



A las muertas de Juárez,
con su voz silenciosa que crece
en el huerto de la angustia
Ayer vino la muerte

Ayer vino la muerte,
se llevó mis ojos
y desprendió mis carnes
como anguila quemado respiros;
la hierba prendió su verdor,
y fui clarividente de mi fin,
grito, mi lengua se pudre en silencio.
Nadie quiere escuchar.
Camino boca abajo,
mi piel morena
es un camaleón ciego;
mis manos
buscan respuestas en el fango
que llega a mi barbilla;
mi boca grita mi nombre
dócil, ciega
como murciélago condenado a luz.
Mis párpados apagados;
no más besos;
soy cuerpo resintiendo la podredumbre,
mi entierro visto detrás
de la ventana entreabierta;
destierro arañando mi puerta;
golpes de mar tumbando
una verdad que no se distingue.
Un pelícano merodea mi cuello
mientras estrecho la mano de una sombra
que me parte
y confunde mi último día;
con plañideras que desafinan;
monaguillos que aprietan mis manos,
para dejar pizcas de fe.

Es la dolencia de la predicción,
indiferencia del mundo
ante mi partida,
que me hace esperar entre árboles que hablan
una lengua inexistente
Mi corazón transparente
respira vientos de tormenta,
son los dioses del olimpo
que desvelan su furia
de olvido en el aire;
lluvia homicida
que lleva mis brazos remo
en un río que ríe de inmenso.
Y mis ojos prendidos desprenden flechas,
de una figura apocalíptica
que duerme a mi lado
me hace el amor en pesadillas
dejando mi cama húmeda de resentimiento.

Mi cuerpo gárgola,
mira sin ojos el tiempo,
come con recuerdos
y deja marcas.
Soy noticia que se convierte
en arena, grito imaginario,
apéndice que señala dolor
soy pendiente, deuda por pagar,
pena desbalagada en ruinas:
yo, incompleta caminando en un campo
que asusta de real.

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